La fobia dental, es decir, el temor a ir al dentista es uno de los miedos más comunes y afecta a muchísimas personas, siendo los niños uno de los colectivos más afectados por este miedo.
La mayor parte de los pacientes con fobia dental adquieren este miedo durante la infancia, sobre todo aquellas personas de cierta edad, ya que antiguamente las intervenciones dentales eran dolorosas y traumáticas.
A pesar de los numerosos avances que se han producido en la Odontología sigue habiendo muchos niños que temen ir al dentista.
¿Cómo evitar el miedo al dentista?
Es muy importante que los padres no hagan comentarios negativos acerca de experiencias en una clínica dental. También es necesario que les motiven y sean estrictos con la rutina de higiene dental, siendo ésta la técnica de prevención más eficaz si deseamos evitar la aparición de patologías orales que requieren ir al dentista.
Hay que iniciar las visitas cuando el niño es pequeño. Esto le ayudará a tomar contacto y familiarizarse con el ambiente de la consulta, le dejará una sensación agradable y esta experiencia positiva servirá de motivación para las siguientes visitas de control.
Hay que entender que una intervención dental no es algo cómodo para un niño. Por tanto, cada sesión debe hacerse lo más llevadera posible, evitando utilizar expresiones que puedan causar miedo, motivando al niño continuamente, realizando los tratamientos lo más rápido posible y siempre manteniendo un ambiente relajado y agradable que le haga sentirse seguro.